Sentarme a tu lado sin hacer absolutamente nada, es todo para mí. Porque un simple detalle, hace que mi sonrisa enloquezca. No estoy enamorada, porque si lo estuviera, lo sentiría... O eso creo. Espero no estar enamorada, deseo no estar enamorada de ti, sobre todo porque una persona es normal que se canse cuando siempre da y no recibe, o recibe muy pocas veces, muchísimas menos de las que da.
Porque muchas veces, necesito tus detalles, esos que das sin más, sin que los pidan, sólo porque tú quieres darlos.. Pero no los das, o por lo menos, no me los das a mí, y eso es precisamente lo que duele. ¿Se los darás a otra? No tengo ni idea, y la duda hace más grande el hueco que hay en mi corazón, y está consiguiendo crear un gran abismo entre los dos. Porque me he propuesto esperar a que me hables, a que me mires, a esperar una reacción tuya sólo para responderte si es así. Porque quiero que dirijas tus detalles a mi persona, porque quiero ser yo la que reciba de una vez por todas, pero no quiero que te sientas obligado, así que lo dejo estar...
El problema es que ya ha pasado bastante tiempo, ya he esperado a que hagas algo, y tú no haces nada.
Así que tengo una duda: ¿me rindo? Una duda que sé que se convertirá en un problema, y un problema que dejaré estar, que ignoraré... Pero ignorar un problema no hace que éste disminuya.
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