Pasó… Y no pudimos evitarlo ninguno de los dos. Nuestros caminos se han juntado muchas veces, pero nunca de esta forma… Y empiezo a pensar que era inevitable.
Justo cuando yo estaba bien conmigo misma, cuando no necesitaba a nadie a mi lado, cuando estaba bien sola, cuando no quería novio… Apareciste, y ni siquiera llamaste a la puerta, sino que entraste por la ventana, sin pensarlo. Y yo no te buscaba, y tú ni siquiera me buscabas a mí… Nuestros destinos se encontraron. Y pasó… Y te quiero.
Un buen destino es que dos personas se encuentren cuando ni siquiera se estaban buscando.
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