Necesito un respiro. Alguien que me de un par de toquecitos en el hombro y me diga "para, tranquilízate, recapacita, no te precipites".
Y es que últimamente, todo lo que pasa por mi mente son pensamientos negativos. También es verdad que los acontecimientos que invaden mi vida en este momento no ayudan demasiado a que piense de forma positiva... Pero aquí estoy, aguantando, como siempre.
También necesito a alguien que me abrace y no me suelte, que pare el tiempo de forma que no pueda ser juzgada por mis actos o por mis pensamientos.
El desahogo siempre ha sido mi punto flaco.
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