Hogar

Ese sitio en el que te encuentras bien, puedes ser tú mismo, sin necesidad de mentir, de fingir, de aparentar… Eres tú, y eres aceptado… Es más, eres mucho más que aceptado, eres uno de los componentes del hogar. Ves a las personas que quieres, con las que encajas por completo, y piensas: este es mi sitio, y te sientes como en casa, pero lo piensas, y es que estás en casa… Y sabes que es tu lugar, tu momento, y puedes hacer lo que quieras, y dejas volar la imaginación, y estas con tu familia o con tus amigos, o con tu mascota, o con el peluche que tenías desde los siete años, o con ese dibujo que tanto te costó hacer… Y lo tienes todo en su sitio, delicadamente ordenado, la camiseta que dejaste encima de la silla de tu escritorio, el libro abierto encima de la cama que dejaste cuando te llamaron porque ibas a llegar tarde al tren para volver a la ciudad en la que estudiabas, ese bolígrafo en el suelo que tiraste cuando estabas de los nervios porque no sabías cómo hacer un problema de geometría, la moneda encima de la mesa con la que hiciste un cara o cruz con tu hermano para ver quién elegía esa noche qué canal de la televisión poner… Todas esas situaciones que has vivido en tu casa y que hacen que sea tu hogar, y que te sientas a gusto allí, y recuerdes todos esos momentos en los que has dicho: me siento bien aquí. Porque no es solo tu casa, sino que es tu hogar, y hogar, sólo hay uno.