Y yo...

Y por fin, vuelvo a ser yo. No soy yo del todo, no tengo la sonrisa de todos los días, pero la tristeza ha pasado para dar abrirle la puerta a la rabia, una rabia que no puedo cambiar, una rabia que va a estar ahí, pero que sé que poco a poco va a ir desapareciendo para poder sacar la mejor de mis sonrisas dentro de poco. Y si todo va bien, ese dentro de poco es mañana, cuando por fin salga con mis amigas a pasármelo bien y olvidarme de todo, porque sí, es lo que toca después de tanto estudiar.
La tristeza y la rabia han dado paso a una sonrisa, a mi persona, pero no es mi sonrisa usual, sino una sonrisa a medias, debido al rencor que tengo dentro.
Pero no importa, porque la siguiente vez que pase esto, nadie podrá quejarse, yo lo conseguiré todo, y ahora sólo toca trabajar para ello, y estoy preparada, lista y con nuevas energías.
Porque no merece la pena gastar las energías en injusticias que no dependen de mí, que sólo hacen que me consuma...
Es momento de volver a sonreír, de quitar las cortinas de mi habitación y ver el sol radiante desde mi ventana a la vez que abro las puertas de mi alma.